Introducción
La confirmación de que el hombre puede vivir y trabajar lejos de la
Tierra se obtuvo ya con los primeros vuelos espaciales de los años sesenta.
¿Pero cuánto tiempo se puede vivir en condiciones de ingravidez sin que el
organismo sufra daños irreversibles? Esta pregunta permanece todavía sin
respuesta.
¿Puede un ser humano vivir y trabajar en el espacio? La respuesta,
clara y simple, la dieron ya los primeros vuelos espaciales y es indudablemente
«sí». Los primeros vuelos Soyuz y Mercury, en efecto, demostraron que el hombre
puede moverse libremente por el espacio realizando maniobras muy complejas. Pero
¿cuánto tiempo puede permanecer el hombre en el espacio sin que su organismo
sufra daños? Y después de largos períodos de ingravidez, ¿podrá el hombre
regresar a la Tierra y vivir en ella normalmente? Estas preguntas no han
recibido todavía una respuesta, ya que son necesarios largos y complejos
experimentos para comprender cómo se comporta el organismo humano en el
espacio.
Seres
humanos en el espacio:
El
espacio es un lugar muy hostil para el ser humano. La falta de aire y de
presión atmosférica puede matar a una persona en cuestión de segundos. Las
temperaturas son impresionantes: cerca del cero absoluto a la sombra de un
planeta, y de varios cientos de grados bajo la acción solar directa. Al no
existir protección atmosférica, las radiaciones cósmicas pueden resultar
mortales.
Aunque siempre se supuso que
la gravedad es necesaria para el desarrollo normal de la vida humana, los
efectos producidos por la ingravidez fueron mucho más nocivos que los
esperados. Osteoporosis, atrofia muscular con fuertes incidencias en el sistema
cardiovascular, disminución del número de glóbulos rojos en sangre, entre otras
alteraciones, obligaron a los especialistas a diseñar actividades para las tripulaciones.
Asimismo, las estaciones espaciales permanentes incluyen reemplazos periódicos
de sus tripulantes, con el objeto de evitar someterlos a situaciones de
ingravidez prolongadas en exceso.
La ausencia de la fuerza de
gravedad, cuya magnitud está relacionada con la masa de los cuerpos, implica
una situación atípica que produce infinidad de trastornos en el organismo de
los astronautas.
Por
la gravedad, los fluidos se ven atraídos hacia las piernas y se reparten
correctamente por todo el organismo. En el espacio, en cambio, la sangre que
debería irrigar las extremidades inferiores se redistribuye en la cabeza y en
el tórax y provoca, al inicio del vuelo, la característica hinchazón del rostro
de los astronautas. Se produce una respuesta del organismo a la redistribución
de líquidos. Para adaptarse a la nueva situación, se elimina agua, con la
consiguiente disminución del volumen corporal.
Músculos.
En el espacio carece de
sentido la relación peso-masa. Una balanza resultaría completamente inútil a
bordo de una nave espacial. Se puede apreciar si una persona es corpulenta o
delgada, pero es imposible establecer su peso. Como
los astronautas flotan dentro de la nave, a la larga se produce la atrofia
muscular. Con el fin de contrarrestar este efecto, los tripulantes deben
realizar diariamente ejercicios y vestir
trajes espaciales con fuertes
elásticos en la zona de las articulaciones, para forzar los movimientos.
Equilibrio:
Durante ¡os primeros días de viaje, cerca de la
mitad de la tripulación sufre del “mal del espacio”, que se manifiesta con
vómitos, dolores de cabeza y sudoración. Éstos son los efectos de la confusión
que provoca ¡a ingravidez sobre el sistema vestibular, el órgano del equilibrio
ubicado en el oído interno.
“Mal
del espacio”
Olfato
Debido a la redistribución
de los líquidos se llega a un estado de congestión nasal, esto provoca una pérdida
del olfato y un cambio en el tono de la voz, ésta pasa a ser nasal. El cambio
de voz no sólo es debido a la congestión, en las cuerdas vocales también
aumenta el líquido y eso termina por cambiar el tono de la voz. Esta
irregularidad desaparece al poco tiempo. Entre otros síntomas de la ingravidez
tenemos:
·
Ojos: El ángulo de visión desciende de los 10º a los 15º.
·
Columna vertebral: Se extiende varios milímetros.
·
Corazón: El ventrículo izquierdo se reduce hasta en un 10%. Puede provocar mayor
cansancio.
·
Hígado: Procesa los medicamentos de modo distinto a en la Tierra. Es preciso
modificar la dosificación.
·
Huesos: La desmineralización los debilita. El calcio, sobre todo, se pierde en
mayores cantidades produciendo un estado parecido a la osteoporosis.
·
Piernas: La mitad inferior del cuerpo recibe menor cantidad de de sangre. Se
vuelven más delgadas. En las plantas de los pies desparecen los callos.
·
Sangre: Desciende la cantidad de glóbulos rojos. La menor aportación de oxígeno
puede causar pérdida de fuerza.
PRINCIPALES
MEDIDAS PARA COMBATIR ESTOS SÍNTOMAS
La elección de los
tripulantes de la misión no es desde luego una cosa que se haga al azar.
Principalmente se escoge a gente emocionalmente estable, en función de la
misión a realizar además deberán cumplir otra serie de requisitos y aptitudes y
se les somete a numerosas pruebas para ver su reacción ante situaciones
adversas de todo tipo.
En el inicio de la carrera
espacial eran sobre todo militares las personas elegidas para realizar dichas
misiones, principalmente por su capacidad de obediencia hacia una persona de
mayor rango, que ejercía como jefe de la tripulación. Se evitaban así posibles
indisciplinas y asumían con mayor rapidez y eficacia las órdenes del jefe de
misión.
A lo largo de la misión a
los astronautas se les asigna gran cantidad de trabajos y de experimentos, no
solo para rentabilizar la inversión del proyecto, sino también para mantenerlos
en mayor o menor medida ocupados, y que los mismos no entren en estados de
aburrimiento. También se les imparten cursos.
Por supuesto también se les
deja sus momentos de ocio para que no sufran exceso de estrés. La mayor parte
lo ocupan mirando el espacio a través de los cristales de la nave.
Suelen estar en contacto con
sus familiares en Tierra para que reciban el mayor apoyo emocional posible.
Se recurre también a una
serie de fármacos ( la mayoría son drogas psicotrópicas ) para mantener ese
equilibrio emocional tan necesario en esta situación y por supuesto se le
realiza al astronauta un seguimiento desde Tierra de su estado, tanto físico
como psicológico para ver su evolución a lo largo de la misión.
Por:
Arturo
Navarrete Martínez
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