martes, 16 de julio de 2013

Efectos de ingravidez sobre el cuerpo humano



Introducción
La confirmación de que el hombre puede vivir y trabajar lejos de la Tierra se obtuvo ya con los primeros vuelos espaciales de los años sesenta. ¿Pero cuánto tiempo se puede vivir en condiciones de ingravidez sin que el organismo sufra daños irreversibles? Esta pregunta permanece todavía sin respuesta.
¿Puede un ser humano vivir y trabajar en el espacio? La respuesta, clara y simple, la dieron ya los primeros vuelos espaciales y es indudablemente «sí». Los primeros vuelos Soyuz y Mercury, en efecto, demostraron que el hombre puede moverse libremente por el espacio realizando maniobras muy complejas. Pero ¿cuánto tiempo puede permanecer el hombre en el espacio sin que su organismo sufra daños? Y después de largos períodos de ingravidez, ¿podrá el hombre regresar a la Tierra y vivir en ella normalmente? Estas preguntas no han recibido todavía una respuesta, ya que son necesarios largos y complejos experimentos para comprender cómo se comporta el organismo humano en el espacio.

Seres humanos en el espacio:
 El espacio es un lugar muy hostil para el ser humano. La falta de aire y de presión atmosférica puede matar a una persona en cuestión de segundos. Las temperaturas son impresionantes: cerca del cero absoluto a la sombra de un planeta, y de varios cientos de grados bajo la acción solar directa. Al no existir protección atmosférica, las radiaciones cósmicas pueden resultar mortales.
Aunque siempre se supuso que la gravedad es necesaria para el desarrollo normal de la vida humana, los efectos producidos por la ingravidez fueron mucho más nocivos que los esperados. Osteoporosis, atrofia muscular con fuertes incidencias en el sistema cardiovascular, disminución del número de glóbulos rojos en sangre, entre otras alteraciones, obligaron a los especialistas a diseñar actividades para las tripulaciones. Asimismo, las estaciones espaciales permanentes incluyen reemplazos periódicos de sus tripulantes, con el objeto de evitar someterlos a situaciones de ingravidez prolongadas en exceso.
La ausencia de la fuerza de gravedad, cuya magnitud está relacionada con la masa de los cuerpos, implica una situación atípica que produce infinidad de trastornos en el organismo de los astronautas.


Irrigación sanguínea:
Por la gravedad, los fluidos se ven atraídos hacia las piernas y se reparten correctamente por todo el organismo. En el espacio, en cambio, la sangre que debería irrigar las extremidades inferiores se redistribuye en la cabeza y en el tórax y provoca, al inicio del vuelo, la característica hinchazón del rostro de los astronautas. Se produce una respuesta del organismo a la redistribución de líquidos. Para adaptarse a la nueva situación, se elimina agua, con la consiguiente disminución del volumen corporal.


Músculos. 
En el espacio carece de sentido la relación peso-masa. Una balanza resultaría completamente inútil a bordo de una nave espacial. Se puede apreciar si una persona es corpulenta o delgada, pero es imposible establecer su peso. Como los astronautas flotan dentro de la nave, a la larga se produce la atrofia 

muscular. Con el fin de contrarrestar este efecto, los tripulantes deben realizar diariamente ejercicios y vestir 

trajes espaciales con fuertes elásticos en la zona de las articulaciones, para forzar los movimientos.



Equilibrio: 
Durante ¡os primeros días de viaje, cerca de la mitad de la tripulación sufre del “mal del espacio”, que se manifiesta con vómitos, dolores de cabeza y sudoración. Éstos son los efectos de la confusión que provoca ¡a ingravidez sobre el sistema vestibular, el órgano del equilibrio ubicado en el oído interno.


“Mal del espacio”
Olfato
Debido a la redistribución de los líquidos se llega a un estado de congestión nasal, esto provoca una pérdida del olfato y un cambio en el tono de la voz, ésta pasa a ser nasal. El cambio de voz no sólo es debido a la congestión, en las cuerdas vocales también aumenta el líquido y eso termina por cambiar el tono de la voz. Esta irregularidad desaparece al poco tiempo. Entre otros síntomas de la ingravidez tenemos:
·         Ojos: El ángulo de visión desciende de los 10º a los 15º.
·         Columna vertebral: Se extiende varios milímetros.
·         Corazón: El ventrículo izquierdo se reduce hasta en un 10%. Puede provocar mayor cansancio.
·         Hígado: Procesa los medicamentos de modo distinto a en la Tierra. Es preciso modificar la dosificación.
·         Huesos: La desmineralización los debilita. El calcio, sobre todo, se pierde en mayores cantidades produciendo un estado parecido a la osteoporosis.
·         Piernas: La mitad inferior del cuerpo recibe menor cantidad de de sangre. Se vuelven más delgadas. En las plantas de los pies desparecen los callos.
·         Sangre: Desciende la cantidad de glóbulos rojos. La menor aportación de oxígeno puede causar pérdida de fuerza.
PRINCIPALES MEDIDAS PARA COMBATIR ESTOS SÍNTOMAS
La elección de los tripulantes de la misión no es desde luego una cosa que se haga al azar. Principalmente se escoge a gente emocionalmente estable, en función de la misión a realizar además deberán cumplir otra serie de requisitos y aptitudes y se les somete a numerosas pruebas para ver su reacción ante situaciones adversas de todo tipo.
En el inicio de la carrera espacial eran sobre todo militares las personas elegidas para realizar dichas misiones, principalmente por su capacidad de obediencia hacia una persona de mayor rango, que ejercía como jefe de la tripulación. Se evitaban así posibles indisciplinas y asumían con mayor rapidez y eficacia las órdenes del jefe de misión.
A lo largo de la misión a los astronautas se les asigna gran cantidad de trabajos y de experimentos, no solo para rentabilizar la inversión del proyecto, sino también para mantenerlos en mayor o menor medida ocupados, y que los mismos no entren en estados de aburrimiento. También se les imparten cursos.
Por supuesto también se les deja sus momentos de ocio para que no sufran exceso de estrés. La mayor parte lo ocupan mirando el espacio a través de los cristales de la nave.
Suelen estar en contacto con sus familiares en Tierra para que reciban el mayor apoyo emocional posible.


Se recurre también a una serie de fármacos ( la mayoría son drogas psicotrópicas ) para mantener ese equilibrio emocional tan necesario en esta situación y por supuesto se le realiza al astronauta un seguimiento desde Tierra de su estado, tanto físico como psicológico para ver su evolución a lo largo de la misión.







Por: 
Arturo Navarrete Martínez























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